La conducción en Noruega

Uno de los aspectos que más pueden llamar la atención sobre Noruega es su educación vial y alguna de sus reglas. Os destaco algunos aspectos que vale la pena conocer:
1) Sus límites de velocidad son realmente bajos y salvo excepciones que confirman la regla, se respetan: 50 km/hora en entornos urbanos, 80 km/horas en zonas no urbanas y 90 km/h en autopistas!
2) Hay tolerancia cero con el alcohol (del monopolio estatal ya hablaremos otro día...) y tienen el límite que en España tenemos para los conductores de ambulancias. Te puedes meter en un lío muy gordo si te pillan y la gente si bebe algo, no conduce.
3) Respeto máximo al peatón y a la bici. Si te ven acercándote a un paso de cebra, pese a que puedan pasar sin molestarte, frenan y esperan a que haya pasado el paso de cebra. Tienen mucha paciencia y siempre ceden el paso a peatones y bicis, incluso cuando cruzan por lugares que no deben.
4) El aparcar es bastante complicado en el centro de las ciudades, incluso tienes que pagar por circular por sus anillos interiores ( los rings en Oslo), lo cual hace que la gente se lo piense mucho para coger el coche e ir al centro.
5) Es muy típica la familia que tiene dos coches, tractor (si vive en núcleos rurales o semirurales) y caravana... pero para desplazarse siempre que pueden, usan la bici. Y cuando digo siempre que pueden, me refiero que pese a cuestas infernales, la edad, tiempos desapacibles y a largos tiempos de desplazamiento usan la bici para casi todo, es más suelen ir en la bici con ropa de hacer deporte al trabajo y en los vestuarios se cambian. Y no estamos hablando de estudiantes únicamente sino también de personas de más de 50 años de edad!
6) En Tromso, cuando llega el mal tiempo, se emite un bando y todos los automóviles deben de cambiar sus neumáticos por los de invierno, que se agarran mejor a la nieve. Para las bicis también se usan ruedas con pinchos durante ese período.

Vamos, que si ven lo plana que es Valencia y lo poco que se coge la bici (y eso que hemos mejorado mucho), les da un patatús... eso si no les hemos atropellado antes al cruzar confiadamente un paso de cebra.