domingo, 6 de septiembre de 2009

La puntualidad y los noruegos


Otro de los aspectos en el que los españoles debemos aprender de los noruegos es el de la puntualidad, valor muy olvidado por nuestros lares.
Esta puntualidad se observa en las citas con amigos, reuniones, horarios de autobuses, ... y cualquier acto que se nos ocurra.
Sin embargo, el pasado jueves como excepción que confirma la regla, tomé un autobús que llegó con 4 minutos de retraso sobre el horario establecido y es que aquí, los autobuses funcionan como un reloj. Si veis como se desesperaban los noruegos y fusilaban con la mirada al conductor con ganas de ponerle una demanda por haber llegado 4 minutos tarde... (noticias como esta pueden salir en los periódicos de la ciudad, que dicho sea de paso, son bastante amarillos).Y es que aquí y eso también es de justicia reconocerlo, la frecuencia de paso de los autobuses es inferior a la de los autobuses en Valencia (es un tema de costes, uso y necesidad), lo que hace que pasen autobuses de cada línea con una cadencia de 20-25 minutos y fuerza a saberse los horarios o a llevar las hojitas de los horarios, para evitar perder autobuses por minutos o decidir si vale la pena ir caminando en vez de estar esperando el autobús.
Bueno, además de la anécdota de los autobuses, reconozco que la puntualidad es un valor de los noruegos que aprecio realmente porque son conscientes de que el tiempo de los demás también es oro y se cuidan mucho de llegar tarde.

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